domingo, 28 de octubre de 2012

Día de muertos



Las ánimas llegan, tradicionalmente cada año por estas fechas. Los hay quienes dicen haberles visto formadas en hileras surcando el camino hacia los panteones cargadas con provisiones. Pan, mole y una buena cerveza. El camino de regreso es áspero, no se cansan, no sienten, pero si añoran. Fieles guerreras que alguna vez ocuparon una habitación de carne y hueso en un hotel de paso llamado «vida», ellas no hacen camino al andar, no dejan huellas, no lo ven necesario pues ellas saben cuándo van y cuándo regresan, no necesitan indicarle a los vivos lo que no necesitan saber. Ya no tienen nada que temer, no hay cansancio, la noche es larga y los búhos les miran pasar con serenidad. Los caminos de cempasúchil crean una atmosfera amarilla y un oxigeno colorido que les devuelve la vida por un instante. Al llegar, entre rezos, entre fotografías, alegría, llanto y sollozos se forma una tormenta de sentimientos, precipitándose en  brisas fúnebres agradablemente estruendosas. Entre caravanas se retiran, esperando volver el año siguiente con varios de nosotros como compañía.