La sombra que te sigue, esclavizada a tu belleza, condenada
a disfrutar de tu compañía, al ver la silueta encantadora de tus movimientos,
intenta imitarte pero… no lo logra pues eres única, inigualable, ni tu sombra
es capaz de imitarte a la perfección. Te sigue porque tiene la esperanza de
algún día poder acariciar al menos la punta de tu cabello.
Uno comprende a tu sombra al contemplar tu mirada y ver como
un castillo de luces flotando en el cielo y uno corre y corre sobre la escalera
de nubes que desaparecen poco a poco tratando de llegar a ti. Pues tu mirada
brilla tanto como aquel faro en la costa que guía a mis marineros pensamientos
para no dejarlos estrellarse en la realidad de ver que no estás, sin embargo tu
esencia es más fuerte, no desaparece, al contrario, se intensifica, un suave
olor a primavera que me alegra el día, el alma, la vida y mi universo.
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