jueves, 30 de agosto de 2012

A veces


A veces faltan los «te quieros»,
ni muchos ni pocos,
como bollos para el café.
Solo pido unos cuantos
para reemplazar la nutella;
para endulzar el pan tostado.

Una embarradita de pasión,
no le hará mal al corazón,
siempre y cuando, sea tu voz
esa suave canción
que proclame la oración.

De tu fotografía nacen flores,
sobre el papel Deshojadas,
en forma de tinta derramada
con versos afilados
clavados en mis entrañas.

Bajo una máscara árida,
se ha escondido
la fertilidad de este corazón,
que te sigue queriendo
aunque no le dirijas la palabra.

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