Es extraño que Hunter comience a experimentar nuevas
sensaciones, como si de pronto estuviera una bebida servida durante la mesa
toda la noche sin hacerle caso entonces llega y de un solo trago se termina la
bebida. Así la vida, se sorbe aunque sepa algo amarga, Hunter a veces provoca
risas sin querer, no es un comediante pero a veces le sale involuntariamente.
No sabe si eso es bueno o malo, pero viene adherido a esta piel, se decía. He
ahí. Hunter contemplando el incienso, como un espectro de pureza, expandiéndose
y contrayéndose. Quizá la curiosidad mató al gato, quizá no, no pienses tonterías,
se decía Hunter. Cómo va a ser que un gato se muera de curiosidad, es como
argumentar que todos los humanos se mueren de viejos y esa es una premisa
altaneramente falsa. Generalizar, la gente generaliza sin menoscabo, sin la
menor precaución. Ya ya Hunter, olvida todo eso y sigue contemplando el
incienso. Ese olor que inunda tu nariz disfrazando el oxígeno, tal vez algún
día deje de respirar oxígeno y respire incienso eternamente. Tal vez después de
muerto, se decía Hunter. Otra locura más y la ceremonia está por terminar,
Hunter deja de contemplar irrealidades, se reclamaba una y otra vez, como lo
hacen los humanos. Ya vas pareciéndote más a los humanos Hunter, bien hecho.
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